... la hora se acerca ya, toma su bicicleta y retoma el paso.



martes, 7 de junio de 2011

Contar los poros de la pared.

Se escucha a lo lejos un sonido intermitente, suena como una turbina, potente, pero intermitente, desde las 6am, se enciende, se apaga, se enciende, se apaga, en intervalos de 1 minuto, es la 1pm y en mi mente ya se acumulo la intermitencia, mis pensamientos se adaptaron al sonido, se encienden y se apagan, me comienza a doler la cabeza, es un dolor hondo pero callado que está latente y me obliga a pensarlo, los rayos del sol entran más fuerte y pegan directo a mi cara, he repetido 7 veces el mismo disco, en el mismo estereo, para tratar de disimular el sonido intermitente de la turbina que no he podido callar en mi mente tampoco, trato de concentrarme en algo más, contar los poros de la pared ya me sabe a tedio, mirar los restos de mis uñas solo me preocupa, la postura que llevo desde temprano ya no me es familiar pues siento que comienzo a girar, estoy mareado, cierro los ojos... Son las 11pm, no se percibe nada, solo me acompaña silencio y obscuridad, logre vencer al día, me recorre una brisa fria, siento dolor, de nuevo la cabeza, no logre vencerlo a pesar de las horas de tregua y los poros de la pared, mañana será otro día.

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