Con las mismas marcas en las manos, los raspones de hace
muchos años, intento volver a sentir el tacto sincero al dar las mismas
caricias, con temor tocaba; no fuera a lastimarlo, intentaba transmitir lo de
hace algunos años, transmitir aquel afecto, sus manos en su rostro, replegando
el corazón para no sentir dolor, apagar la luz...
Sólo sentirlo cerca, saber que esta. Y olvidar; las noches
en que no llegaba a la cama, y sólo recordar los momentos en que deseaba
brincar de la misma, que la luz del sol no cobija igual que la de la luna, que
las sabanas de día contagian desesperación, que las ventanas son más inmensas
durante la noche, que la noche es libre, que mis marcas de las mano; ampollas,
cicatrices, huesos desviados que hacen la piel más dura, durante la noche son
amigables, salvajes, sensuales. Los días hacen que todo transcurra más
despacio, y es cuando rezo porque se apague el sol; para dejar de trabajar,
para buscar el brillo de tus dientes bajo la sabana, para imaginar que no
estamos, que no existe el pesar.
Volver a sentir con mis manos marcadas; tú afecto, con tacto
sincero recorro tu rostro, replegando el corazón para no sentir que el día se
aproxima de nuevo...
Rezar porque no llegue el sol, para que las ventanas sigan
pareciendo inmensas, para no extrañar de nuevo la cama, para no extrañar tus
piernas entre las mías.
Para recordar el brillo de tus dientes, para olvidar lo que
no te di.
Sé que escaparas de nuevo si te volviera a encontrar, así
como la primera vez que al llegar el día huiste, una ocasión sería pretexto
para el desencuentro.
Volver a quedarme en la ventana, esperando que la ventana se
haga más grande, inventar historias esperando para ver que camines por mi
banqueta y salir corriendo a encontrarte a pedirte que regreses, a suplicar por
tu indulgencia, a prometerte nuevas historias, nuevos sueños, nuevas caricias,
diferentes, pedirte que observes mis manos, encontrarás nuevas cicatrices,
nuevos golpes, nuevos misterios.
Mientras, a seguir contando historias, en la ventana, con
mis manos rezando que pase la luz del día, para intentar ver tu rostro por ahí,
perdido en la noche.