... la hora se acerca ya, toma su bicicleta y retoma el paso.



miércoles, 28 de septiembre de 2011

La historia del mar

Escuchó la historia del mar una noche, entendió el origen de las olas, las marejadas, los huracanes, desde balsas hundidas por la corriente hasta grandes buques sumergidos en el infinito vacio de las aguas, así fue como entendió el  misterio de las aguas, y así se adentró en su estudio después de escuchar estos relatos, se inspiro en una fuente que estaba de centro de mesa en la sala de casa de la abuela, escucho las pequeñas gotas caer, se perdió en su sonido monótono, pacífico e intermitente, recordó la historia del mar, y así se vislumbro lentamente el recuerdo de liquido amniótico, recorrió su historia con el agua y la fuerza de los mares hasta recordar su último baño por la mañana, olvido esa tarde en casa de la abuela todo menos su relación con el agua, cayó en un sueño profundo y recreo la primera sirena de los cuentos infantiles que relataba la nana, recordó las 20,000 mil leguas de viaje submarino, se encontró con los cuentos que le vieron crecer y los volvió a hacer suyos. Despertó de su sueño pues el sonido del caer de gotas lo sacaron del viaje, intento regresar, no pudo, de nuevo estaba en tierra.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Dulcería

En una tarde de septiembre Carlos por accidente se observo en el espejo de uno de los tantos aparadores que decoran la calle central de cierta ciudad, al percatarse de su reflejo mientras caminaba se detuvo de inmediato, había algo que cautivo su atención al instante y no eran los dulces que guardaba celosamente el cristal aunque también pudieron ser pretexto de Carlos; eso nunca lo sabremos. Miro con recelo su reflejo, gesticulo, pronuncio algunas palabras inaudibles, pasadas algunas horas de actuación interactiva con el aparador el encargado de la dulcería ya estaba perturbado no sabía que hacer para que el sujeto se retirara de la acera - "bloquea la vista de mis clientes" - Decidió enfrentarlo con amabilidad - "Disculpe, ¿buscaba algo en especial?" - Carlos aturdido por el atrevimiento del sujeto lo ignoro y siguió gesticulando. Pasaron un par de horas más hasta que el sol se canso y sucumbió ante el brillo de la luna, el encargado de la tienda se dio por vencido durante todo este tiempo ya que la intención de Carlos parecía tan exacta, precisa y aferrada a un reflejo que le parecía tan extraño como cercano. A la hora del cierre era necesario correr la cortina de metal para cubrir el vidrio del aparador, el encargado de la dulcería dudaba hacerlo pues temía que al hacerlo el narciso se perdiera o lo atacara así que espero unos minutos más hasta que sucumbiera, y ya agotado el dulcero se limito a cerrar la puerta fingiendo que no conocía de la presencia de Carlos, al momento de cerrar el establecimiento Carlos siguió su camino, tal vez buscando un nuevo aparador, otro puesto de dulces, o bien tratando de ver su rostro o usurparlo en algún otro rostro de aquella cierta ciudad.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Errante

Arrastra los pasos con lentitud como tratando de alcanzar un mal presagio; inevitable, ajeno, lascivo de esos que reconfortan, como ese sentimiento malsano de mentira blanca. El sol refleja con candor su rayos sobre las rocas que enmarcan el camino, mismas que dan señales de alcanzar una meta al final, cuando de pronto y a lo lejos se visualiza ese mal presagio, convoy´s cargados de hombres armados esperando asestar el golpe a todo lo que parezca extraño, lejano, ajeno y que adicional cargue una barba de un mes de antigüedad y andrajos llenos de ponzoña del desierto. De manera inevitable, tal vez buscando la salvación continúan los pasos persiguiendo ese final que algunas veces se busca sin pensar. Y así esos pasos arrastrando llegan al vorágine de violencia, que se vuelve indiferente, arrogante, ese hombre no era más que un puñado de tierra móvil, dejo de ser ajeno o lejano; los soldados lo ignoran, siguen su camino, el hombre sorprendido continua el paso que ahora se vuelve más cansado, más sutil sobre la tierra, más lleno de muerte. Sin encontrar más esperanza en su corazón decide abandonarse a la suerte de la naturaleza tratando de encontrar su lecho dentro de la tierra manchada.

martes, 20 de septiembre de 2011

Las cinco noches

Hace cinco noches el aire no sopla igual; la consecuencia, no se disemina en proporción el polen de la flor.
Hace solo una noche, la maceta que estaba en la ventana de mi habitación se reventó por causa de la gata que habita en casa, hoy por la mañana el polvo seguía intacto.
Hace algunos minutos escuche una nueva canción que se adapto a mi estado de ánimo.
En este instante no consigo quitarme esta imagen de la cabeza:


sábado, 17 de septiembre de 2011

¿Cómo te conocí?

Las estrellas se veían aún con nubes cubriendo el cielo, y al ver tus ojos en la oscuridad recordé esa luz tenue de las estrellas, te respire un poco más e imagine así que las estrellas olerían de la misma forma que tú, me aventure a ver más de cerca tu rostro y así sentí llegar tu respiración, el aire era fresco, sereno, lo imagine oscuro pero brillante igual que el brillo de tus ojos y el cielo, y creí que tu llegaste de la misma forma que yo, desde las estrellas, y así te conocí una vez; en un lugar que aún después de los años, me sigue recordando a ti. En aquel momento tuve miedo, pues temí perderme ahí, pero me hundí en ti, me viste desaparecer y encontré un lugar mejor, escuche tu voz que me recordó que yo también vengo de las estrellas como tú. Así como tú.

martes, 13 de septiembre de 2011

Jerónimo

"Se trata de encontrar un camino, una vereda, cuando menos una brecha alejada de la vista".
El señor Jerónimo no sabia que hacer con estas palabras en su recorrido, escarbo dentro de su sintaxis, morfología, inspecciono la gramática hasta llegar a analizar la ortografía, "encontrar el camino", y cómo encontrarlo si todo parecia tan turbio, tan lleno de bifurcaciones, tan profundamente complicado.
Comenzo a hilar palabras, a buscar una razón para seguir ese famoso camino que aún no veia con claridad, trato de enfocar la vista, encuadrar la mirada hacia un cuadro en común, hacia un verso que rimara con sus pasos.
El señor Jerónimo no sabia como prolongar estos pasos. Espero hasta que la luna se puso en cuarto menguante, encontro la inspiración en la naturaleza, prosigio, escapo, y logro encontrar algo parecido a ese camino.
Así fue cuando recupero su sentido.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Una sombra más

La sombra se abre paso sobre la banqueta fuera de mi casa, grita, se avecina entre otras sombras para mezclarse y convertirse en un espectro mayor, la lluvia que cae con fuerza le abre el paso, con truenos y relámpagos que hacen que se activen las alarmas de los autos parqueados sobre la calle, tan pavorosa escena ha ocasionado que hasta la luna se oculte, obscuridad a cada segundo más densa. Se abre la puerta de un edificio amarillo y manchado por los años, sale corriendo con paso rápido otra sombra gris, sorteando los obstáculos de la acera; charcos, grietas, piedras. La sombra gris acelera el paso, la sigo con vista rampante, va muy rápido, se prolonga la visión de su imagen hasta llegar abajo de un árbol, mientras el espectro se acerca sigiloso hasta el árbol, después de unos segundos se escuchan un par de voces, tregua entre ambas, el viento no aminora  y humedece hasta el último rincón de la calle, las alarmas de los autos dejan de sonar, la noche se convierte en crepúsculo, las sombras se desvanecen hasta convertirse en un halo que solo recuerda el encuentro, las palabras distorsionadas por las alarmas y el viento, de pronto como una expansión sin control la sombra que ya solo era un halo en el espacio acapara la calle, se convierte en noche, noche más densa y profunda de lo que era, absorbe todo a su paso, olvida su naturaleza y se rebela contra la física, la sombra gris permanece en su silueta como dibujada sobre la sombra mayor, permanece no se inmuta y prevalece, y todos los que duermen se hunden en su sueño y aquellos que estamos despiertos nos empaña la mirada una ceguera negra. El aire húmedo y fresco nos deja una sensación pastosa en la boca, como una resaca crónica,  el sol no quiere salir más en el cielo, la luna sigue oculta, la vida de la calle sigue pero en una sintonía paralela a la común,  estamos en sueño, en un sueño sin final, no encontramos evidencia sobre el pasado que hoy ha sesgado nuestra realidad.