... la hora se acerca ya, toma su bicicleta y retoma el paso.



domingo, 9 de octubre de 2011

El charco

Gota tras gota todas formaban un charco en la sala, todos veían pero nadie se inmutaba, seguía sin un curso distinto, las gotas todas se desperdiciaban, el culpable un niño que jugaba con el dispensador de agua, se acercaba y lo pateaba, corría sin cuidado por los pasillos del predio, se volvía a acercar pateaba y nadie se inmutaba, todos estaban ocupados y al fondo de la sala un joven de cuyo nombre no quiero recordar lamentaba la pérdida de su CD favorito, apoyado en una bocina tratando de recordar o hacer conjeturas sobre el siniestro decidió poner fin al ruido de las gotas pues lo distraían de su introspección, camino con paso decidido hasta el charco y sacó el garrafón de agua del dispensador, el niño enfureció y reacciono cuando el joven regreso a su sitio original, pateo el tripié de la bocina hasta hacerla caer, el joven aturdido por la osadía del niño no supo cómo reaccionar, decidió en un movimiento enérgico salir del lugar a seguir buscando el CD que nunca encontró.

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