... la hora se acerca ya, toma su bicicleta y retoma el paso.



miércoles, 25 de abril de 2012

La decepción del polvo en abril


Los vientos fuertes de abril sólo logran que la piel se erosione, ayuda a que las sensaciones taimadas se volatilicen; y no logran desarmar aquellos pensamientos fatalistas, la palabra decepción está acompañada de plegarias que sólo consiguen lacerar la sensación en la piel, el viento atrae polvo, el polvo sólo trae olvido que siempre viene acompañado de lo mismo; más pieles erosionadas, narices tapadas, astucia que se escapa para esquivar el golpe a la realidad.



Mientras el piso de mi casa se llena de polvo, sigo esperando la visita de la criada, sentado en el mismo rincón, la ventana de al fondo se abre de golpe, el viento creando surcos con el detrito del departamento, [Cuarto para las ocho, el día se ha apagado escuchando mis plegarias para que el sol se vaya de una vez por todas], en la cama las sabanas son un nudo enigmático, las hojas de los cuadernos están por salir volando, los espirales de las libretas se oxidan cada día más. [diez para las doce, la noche no deja de ser gris por el reflejo de mi patio] el barullo de los vecinos interfiere mi reflexión, mis pensamientos se aferran al mismo polvo que algún día yo mismo levantare [Las cenizas de los cigarros se disimulan bajo mi cama], la noche siempre va a acompañada de la misma canción y más cuando se mimetiza con el grito del vendedor de merengues.



En abril los vientos se vuelven furiosos, la piel espera la llegada de las lluvias, las sensaciones se convierten en lamentos, las armas de mis brazos son fatalistas, mi decepción viene acompañada de la tuya, el polvo se arrincona con la ayuda del viento, las narices se destapan por la hemorragia.

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