... la hora se acerca ya, toma su bicicleta y retoma el paso.



jueves, 24 de marzo de 2011

La mancha de café

El reloj marca las 7 de la tarde, la luz ya esta arruinada, es la hora ciega, la alfombra y mis zapatos ya no rechinan por la fricción de mis pasos sobre la mancha de café que  derrame por la mañana, ya se seco, dejo una mancha negra, profunda y de olor viciado por tanto aspirarlo todo el día, el sonido de los autos desde la calle ya me parece extraño de tanto oírlo, me fastidia pensar en la hora, las 7 de la tarde y solo logro concentrarme en la sensación de tedio, el fastidio, la muerte comienza a colgarse en mi espalda siento su peso, el rasguño de sus garras, duele, o tal vez sea por la postura que llevo todo el día, una postura resignada, agobiada. Volteo al reloj nuevamente las 8 de la noche, mi corazón late con fuerza, la noche cubre todo ruido, un silencio incomodo, siento espasmos, es termino de la jornada, salgo a la ciudad, las calles vacías, atravieso la calle y solo veo un relámpago rojo, rojo sangre.

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